El tiempo pasa y aunque todavía quedan tres meses, hay que ir dejando cositas acabadas para que luego no se nos eche la presión encima. Es eso de sin prisa pero sin calma (o algo así).
La semana pasada compramos el carrito. Maldita la broma que hizo sacar humo a la Visa. 3 en 1. Capazo, sillita y pieza para el coche. El precio no se dice. Ya tenemos vehículo para pasear al Martí por donde queramos.
Este finde rasca que rasca hemos desempapelado la pared donde habitará nuestro peque. Todavía queda mucho por hacer porque tras el papel se esconden grietas, humedades y algún que otro hongo tan grande como un champiñón. Nada que un poco de yeso, una buena dosis de masilla y una gruesa capa de pintura no puedan tapar. Si no, siempre nos queda la opción de poner un armario o un cuadro gigante que tape el apaño.
La semana pasada compramos el carrito. Maldita la broma que hizo sacar humo a la Visa. 3 en 1. Capazo, sillita y pieza para el coche. El precio no se dice. Ya tenemos vehículo para pasear al Martí por donde queramos.
Este finde rasca que rasca hemos desempapelado la pared donde habitará nuestro peque. Todavía queda mucho por hacer porque tras el papel se esconden grietas, humedades y algún que otro hongo tan grande como un champiñón. Nada que un poco de yeso, una buena dosis de masilla y una gruesa capa de pintura no puedan tapar. Si no, siempre nos queda la opción de poner un armario o un cuadro gigante que tape el apaño.
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