El comer como el rascar, todo es empezar. Desde hace unas semanas nos lanzamos al apasionante mundo del ir comiendo sólo. Los resultados són esperanzadores teniendo en cuenta la corta edad del individuo, lo que no quita que acabemos todos más que sucios. Ya se sabe, la autoalimentación tiene sus riesgos.
La cuestión es que Martí está encantado de manosear la fruta, el pan, las galletas o la tortilla. Lo peor es cuando se enfada - cosa bastante habitual - que se refriega la cara y el pelo con la papilla o lo que tenga a mano, nada que una buena toallita de bebé no pueda disimular.
Para muestra un botón, aquí teneis al maestro en una merienda y en una comida. Como comprovareis, le encanta.
La cuestión es que Martí está encantado de manosear la fruta, el pan, las galletas o la tortilla. Lo peor es cuando se enfada - cosa bastante habitual - que se refriega la cara y el pelo con la papilla o lo que tenga a mano, nada que una buena toallita de bebé no pueda disimular.
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