Palabras. Cuan lindas son las palabras, que definen, explican, abrazan, explotan y a veces besan. Hoy no toca hablar de esas palabras que hieren, hoy las dejamos olvidadas en el silencio.
Parece que dar nombre a una cosa es como darle vida, un acto casi divino. Y esos sonidos, vocablos al vuelo, suenan siempre mejor cuando salen de la boca de los que quieres, de unos labios sinceros. Así nos sorprendemos con ese acto creador cuando de los labios de Martí aparece cada día una nueva palabra - a veces rota - pero bella y sincera y las realidades se van haciendo más reales. Suena lluna mientras su dedo se levanta hacia el cielo. Y boca donde se amolda esa sonrisa que nos trae locos. Y caca mientras pone cara de pillo y se destornilla de risa. Y agua mientras señala un vaso que derramará encima suyo porque sus manos son torpes todavía. Y iaia, iaio, joan, dani, no, si, papa y mama a voz en grito, guaguau, vaca, sol.... y no muchas más aunque a veces se pierda en conversaciones sin sentido. Y también dice adios, como yo lo digo ahora para despedir este texto.
