El tiempo pasa veloz, y el blog, casi en el olvido, ha quedado relegado a un rinconcito en la red donde cuesta asomarse. Quizá vino la rutina, o saber que casi nadie nos sigue aquí. Aun así, aunque sea a retales y cada muchos meses, me propongo seguir utilizando esta vitácora digital para contar lo que nos acontezca, lo que sintamos, queramos, añoremos, amemos...en fin, contar la vida.
Desde Navidad no volvía a este refugio que es escribir y contar, quizá soñar. En vísperas del 3r cumple de Martí, de la boda de Ramon e Irene, de un final de curso que promete ser duro, de recortes y más recortes, de una carrera que toca a su fin, de anhelos de tiempos mejores, de ser más, de vivir en plenitud he vuelto, casi por casualidad a escribir. Tanto tiempo sin contar.
Agradezco a la TV por ser tan mala que me hecho llegarme hasta esta otra pantalla donde yo elijo lo que quiero.