Mallorca en un suspiro

Todos sabéis que Mallorca es una isla y que no es muy grande, al menos si la comparamos con Inglaterra, y mucho menor con Australia. Por otro lado se vería grande si la comparáramos con las Medes o Perejil, que tantos quebraderos de cabeza le trajo a muchos. En fin tanto divagar para decir que Mallorca tiene un tamaño ideal, sobretodo si tienes más de 48h para verla, cosa que no era nuestro caso.

Así fue, por primera vez nos dispusimos a pisar las Baleares. Vuelo barato, hotel 1 noche, Palma, coche de alquiler y unos amigos para compartir finde: José y Jorge. ¿Qué más se puede pedir? ¿Buen tiempo? Lo tuvimos.

Lo prioridad era ver la capilla de Barceló en la Catedral. Así que fue la primera parada saliendo del aeropuerto. Combinación de arte contemporaneo en un templo gótico. Rara mezcla, poco habitual pero hecha con gracia. Nos gustó mucho, y hablo en plural. Supongo que a JJ el que más pues hizo un centenar de fotos en 20 min.

Llegar al hotel, ponerse el bañador y buscar un lugar para comer. Luego, siguiendo el consejo de Nico, empezamos la ruta por Port Vells, el Toro y pasamos la tarde en la cala de El Mago. Rematamos la puesta de sol visitando Andratx i tomando algo. Regresados al hotel, el tiempo justo para duchar y ponerse guapos. Fuimos a cenar por la Llotja en un taxi suicida.

El domingo amació soleado, con grandes planes y un buffet libre que hizo nuestras delicias. Panxacontents nos dirigimos por el interior hacia Sóller, luego Fornalutx y bordenado la costa hasta Valldemosa. ¡¡Guau, qué montañas!! Qué lindos pueblecitos de piedra rodeados de naranjos y coloreados con el intenso lila de la buganvilias. Sólo nos falló encontrar la ruta adecuada ya que hicimos mucha vuelta buscando el acceso a las calas. Así que de nuevo en Palma y cansaditos de coche buscamos una nueva playa donde hacer siesta. S'Arenal y Cala Blava agotaron las últimas horas de JJ y Jose. A nosotros nos esperaba una cenita con Cristina, una amiga madrileña que conocí en Paraguay y que ahora vive en Mallorca. (¡¡qué lío!!). Pues así acababa nuestro finde, en la terraza de Cris - ¡qué piso más bonito, grande, envidioso / envidiable!! -. A la 1 am tomábamos el Vueling que nos traía para casita. Imaginaros al día siguiente Lorena iba a trabajar a las 8am. Uff, yo por solidaridad la acompañé, pero eso ya es otra historia.