Con nuestro Alfaromeoturbodieselde4tubosdeescape nos adentramos en la locura del tráfico palermitano. Encontrar el hotel y disponernos a recorrer la ciudad. Fue como retroceder en el tiempo. Llena de vida en sus calles se contraponía la inquietante decadencia de sus edificios, antiguos palacetes y casas que literalmente se caían. Pero escondidas, como esperando ser descubiertas, se encontraban pequeñas plazas y callejuelas, robustas iglesias barrocas, bares y mercadillos rebosantes de actividad y multiracialidad. La capilla palatina del Pallazzo Normanni una delicia del mosaico bizantino, il Duomo por fuera, pasear por la Vucciria y cenar detras de San Domenico, la chiesa de San Giovani con sus cúpulas a la manera de mezquita y una escapada al pueblo de Cefalú a 45km. Antes de alejarse de la capital siciliana hay que visitar Monreale, con la bellisísma iglesia y un claustro interesante pero menos de lo que vale el tiquet de entrada... y como no empezar a deleitarse con los helados italianos, en especial el de anguria (sandía).
Tercer dia.. ya vamos rumbo al sur.
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