Pongamos que hablo de ... Martí

De Martines ha habido muchos en la historia y en el mundo. Es un nombre de origen latino y se relaciona con Marte, el planeta rojo donde muchos creen que habitan los extrarrestres y la NASA asegura que hay agua. También el dios mitológico de la guerra del que espero herede bien poco.
El motivo por el que el nombre llegó a nuestro subconsciente y de allí a nuestros labios y después a nuestro corazón es trivial, visceral, lo que se dice "porque sí". No hay razón premeditada.
Para mí es un nombre bonito, sonoro, con su nasal bilabial, la sonoridad vibrante de la r en el medio y ese final acentuado que denota fuerza y energía positiva.
Repasamos el pasado, lejano y presente. La varidad es estupenda: de San Martín de Tours y el peruano San Martín de Porres a Martín Lutero que armó un gran lío con su Reforma. El filósofo Martin Heidegger, el activista Martin Luther King luchando por la igualdad de razas, el erudito y filólogo Martín de Riquer y el cineasta Scorsese. Està Martina Hingis i Navratilova en el deporte, el cocinero Martín Berasategui y muchos más que me dejo y otros tantos que ingoro. Incluso está el señor Martín, tín, tín que tenía un botón, ton ton bajo el que había un ratón, ton, ton.
Faltan dos meses para que Martí Arasa Spinola venga a escribir su propia historia en la historia. Ya le esperamos con ganas.