sábado, agosto 14, 2010

Crónicas del Norte (II). El Camino empieza en Roncesvalles














Rectas, curvas, montañas y más curvas para llegar a Roncesvalles. Nuestro apartamento bien valía tantos quilómetros. Una vez allí el frío nos saludó y cogimos fuerzas con un menú de peregrino.
Los días que siguieron de pleno sol nos permitieron gozar del pequeño Roncesvalles (16 habitantes) y de los pueblos que se desperdigaban alrededor a ambos lados de frontera: Burguete, San Jean Pie du Port, Baygorri así como una larga exhaustiva visita a Pamplona, guiados por Amaya.
La pena más grande no poder adentrarse por las sendas que cruzan esos bosques espesos y preciosos. Nos quedamos con las ganas de ir por la Selva de Irati, hacer un trozo del Camino, perdernos entre hayas, abedules y pinos cerca de un riachuelo y saludar las ovejas y los potrillos que pastaban en alfombras verdes. Otra vez será, cuando Martí anda ligero. Seguro.

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