jueves, mayo 07, 2009

Venus de Willendorf (I)

Hay que retroceder más de 20.000 años en el tiempo para hallar el origen de esta espectacular escultura que mide poco menos de un palmo. Bautizada con nombre divino pero siendo muy humana.Esta voluptuosa figura viene a recordarme la maternidad y, por ende, a Lorena.
Ese vientre abultado, los pechos y el sexo exagerdos, tan deforme y tan perfecta a la vez. Ya desde el sapiens los humanos fascinados por la vida, por dar símbolo a aquello esencial, a mestizar lo divino, lo humano y lo animal, a dar icono a aquello que ni las palabras podían describir. Ya en los albores de la humanidad, habitando en cuevas y vestidos con pieles los paleolíticos tenían muy clarita una cosa: un madre es una madre.

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