De nuestro primer “sorojche” subiendo hacia el Colca, del frío glacial, las termas al aire libre, los tours y hasta actores de cine.
“Vamos a conocernos. A ver, ¿ustedes de dónde son?” Ese era nuestro guía, un joven con mas dotes de showman que de profesional del turismo. Sus explicaciones carecías de coherencia, sus frases no tenían estructura y su conocimiento de la materia era, digámoslo así, bastante limitado.
Eso no nos privó de gozar nuevamente del paisaje arequipeño atravesando la zona de cañones y volcanes. Para empezar bien el día, un buen mate de coca.
Alpacas, vicuñas y llamas se esparcían pintorescamente como manchitas por toda la llanura cubierta de puna. De telón se alzaban imponentes picos que le hacían cosquillas al mismo cielo.
Altura máxima 4.910m. Nuestra cabeza esta atorada, como si la presionasen. Nada grave, es el famoso sorojche (mal de altura) que va disminuyendo gracias a un chute de sorojche pills y caramelos de Coca.
Chivay es el punto base donde haremos noche. Después del menú y situarnos en el hostal, fuimos a los baños. Aguas termales naturales, a más de 3500m y al aire libre: un placer, sobretodo dentro del agua.
Cayó la noche. El frío glacial no puedo con nosotros, aplastados por el peso de 4 mantas gruesas. Todavía no había amanecido y ya partíamos a visitar el ave sagrada de los incas: el cóndor.
El muy espabilado no sale a esas horas, sino hasta las diez, cuando el solecito ya calienta. Pero nosotros, guiris al fin, nos sumamos a la caravana de turistas que van a ver al bicharraco con sus respectivos tours.
Llegar y besar el santo. Fotos. Mira. Guau! Más fotos y en unos minutos solo queda una machita negra sobre el fondo azul de la pantalla de nuestra cámara. Como me jode en estos casos no tener un buen objetivo. En fin, nos queda en el recuerdo la inmensa ave con su famosa banda sonora incorporada: el cóndor pasa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario