Parecía que la cosa estaba verde. El domingo anterior estuvimos en una comunión. Lorena tan pancha pa' arriba y pa'bajo. No había síntomas de inminencia paritoria y por la tarde vinieron unos amigos a vernos. Luego cena, un rato de tele y a dormir.
Sobre la 1 de la mañana me despierto. Lorena no està en la cama. Busco por la casa y la veo en el sofà. "Carinyo, estàs bé?" Tiene contracciones, fuertes, cada 15-20 minutos. La noche transcurre entre visitas al comedor y descansos fugaces en la cama. Ella no pega ojo.
La mañana del 25 teníamos cita previa con el médico. Nos presentamos a la hora y la doctora dice que ya ha dilatado 3cm. Por ella que la ingresen pero que vayamos a urgencias. Una espera y finalmente entra Lorena. Le ponen las correas, contracción, dolor, vuelta a la calma y de nuevo la punzada cada 10 minutos. Sale el médico y nos dice que estan muy saturados y que a Lorena aun le queda un buen rato para parir. Si queremos ir a pasear o comer algo por ahí y volvemos en un par de horitas. Con esas nos vemos y decidimos volver a casa y no campar nuestros dolores de parto por bares o parques. Mejor estar tranquilos en casa, pensamos.
El regreso no es placentero. Lorena se retuerce momentáneamente en el asiento. Respira hondo, tenemos 8-10 minutos de calma. Pero al llegar a casa, mientras preparo la comida la cosa se pone fea. Lorena grita mientras se arrodilla en el suelo. Duele mucho, se le ve en la cara. Ofrezco mi cuerpo de consuelo. Se abraza a mi y vuelve a retorcerse entre un gemido. Salimos pitando para el hospital. Nuestro ibiza blanco surca Barcelona por la ronda del mig, lo más veloz que permite el tráfico y las normas de circulación. Lorena se mueve espasmódica y grita en el asiento de atrás. Yo intento tranquilizarla. La miro a los ojos en los semáforos. Ja arribem, 3 minuts. Al segurata de la puerta le digo que vamos de parto. Esta vez no nos hacen esperar en urgencias. Entra Lorena mientras yo espero fuera. Pasan unos 20 minutos y luego sale envuelta en una bata blanca. Vamos a la sala de parto.
Sobre la 1 de la mañana me despierto. Lorena no està en la cama. Busco por la casa y la veo en el sofà. "Carinyo, estàs bé?" Tiene contracciones, fuertes, cada 15-20 minutos. La noche transcurre entre visitas al comedor y descansos fugaces en la cama. Ella no pega ojo.
La mañana del 25 teníamos cita previa con el médico. Nos presentamos a la hora y la doctora dice que ya ha dilatado 3cm. Por ella que la ingresen pero que vayamos a urgencias. Una espera y finalmente entra Lorena. Le ponen las correas, contracción, dolor, vuelta a la calma y de nuevo la punzada cada 10 minutos. Sale el médico y nos dice que estan muy saturados y que a Lorena aun le queda un buen rato para parir. Si queremos ir a pasear o comer algo por ahí y volvemos en un par de horitas. Con esas nos vemos y decidimos volver a casa y no campar nuestros dolores de parto por bares o parques. Mejor estar tranquilos en casa, pensamos.
El regreso no es placentero. Lorena se retuerce momentáneamente en el asiento. Respira hondo, tenemos 8-10 minutos de calma. Pero al llegar a casa, mientras preparo la comida la cosa se pone fea. Lorena grita mientras se arrodilla en el suelo. Duele mucho, se le ve en la cara. Ofrezco mi cuerpo de consuelo. Se abraza a mi y vuelve a retorcerse entre un gemido. Salimos pitando para el hospital. Nuestro ibiza blanco surca Barcelona por la ronda del mig, lo más veloz que permite el tráfico y las normas de circulación. Lorena se mueve espasmódica y grita en el asiento de atrás. Yo intento tranquilizarla. La miro a los ojos en los semáforos. Ja arribem, 3 minuts. Al segurata de la puerta le digo que vamos de parto. Esta vez no nos hacen esperar en urgencias. Entra Lorena mientras yo espero fuera. Pasan unos 20 minutos y luego sale envuelta en una bata blanca. Vamos a la sala de parto.
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